LA CIUDAD DE LOS FUGGER, EMPERADORES Y FUENTES BARROCAS

6 horas
Español, alemán y griego.
La ciudad de los Fugger, de emperadores y fuentes barrocas
- 👑 Ayuntamiento y Sala Dorada: Una joya del Renacimiento alemán.
- 🏡 Fuggerei: El complejo social más antiguo del mundo aún habitado.
- ⛪ Catedral de Augsburgo: Frescos milenarios y arquitectura gótica.
- 🌊 Fuente de Hércules: Parte del trío de fuentes barrocas declaradas patrimonio de la humanidad.
Grupo máximo 25 personas, excedente necesario traer audífonos.
Augsburgo no se visita: se descubre. Cada rincón de esta ciudad parece susurrar historias de poder, arte y humanidad, como si el tiempo no hubiera pasado por sus calles. Fundada por los romanos y engrandecida por emperadores y banqueros, es una joya vibrante, elegante y profundamente fascinante.
El corazón de la ciudad late en el majestuoso Ayuntamiento, una obra maestra del Renacimiento alemán que esconde uno de los salones más deslumbrantes de Europa: la Sala Dorada. Bajo techos ricamente decorados y paredes que brillan como si el oro aún corriera por sus venas, uno entiende por qué aquí se tejían decisiones imperiales.
Pero la verdadera sorpresa llega unos pasos más allá, en un conjunto de casitas alineadas con discreción: la Fuggerei, el complejo social más antiguo del mundo aún habitado. Fundado en 1521 por la poderosa familia Fugger, estos hogares fueron y siguen siendo refugio para quienes más lo necesitan, con un alquiler simbólico que no ha cambiado en cinco siglos: menos de un euro al año. Caminar por la Fuggerei es mirar de frente el lado más humano de una época que solemos recordar por su fastuosidad, y sentir que incluso en la riqueza, podía haber compasión.
La Catedral de Augsburgo nos invita luego a mirar hacia arriba. Sus frescos milenarios y su imponente estructura gótica no solo imponen, sino que conmueven. Hay un silencio solemne, una quietud que invita a detenerse y respirar.
Y justo cuando uno cree haberlo visto todo, las fuentes barrocas —como la Fuente de Hércules— irrumpen como joyas líquidas en medio del paisaje urbano. Son tres, declaradas patrimonio de la humanidad, y cada una parece querer contar su propia fábula entre chorros y esculturas.
Augsburgo no solo enamora con su arquitectura. En ella se entrelazan poder y humildad, oro y piedra, arte y ayuda social. Es la ciudad de los contrastes perfectos, de los emperadores y los ciudadanos anónimos. Visitarla es abrir los ojos… y el corazón.
Costo de 250 €
Salida de la ciudad de Múnich, con su propio medio de transporte.