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RATISBONA (REGENSBURG) – Donde el Danubio encuentra la Edad Media

  • 🌉 Puente de Piedra: Del siglo XII, uno de los más antiguos de Europa.
  • ⛪ Catedral de San Pedro: Gótica y grandiosa, símbolo de la ciudad.
  • 🏛️ Antiguo Ayuntamiento y sala de tortura: Un vistazo crudo al pasado judicial.
  • ⚓ Casco histórico junto al río: Patrimonio de la humanidad con encanto inalterado.

Grupo máximo 25 personas, excedente necesario traer audífonos.

Hay ciudades que se conservan como postales; Ratisbona, en cambio, se siente como una novela viva. Sus calles empedradas, sus tejados de tonos rojizos, el murmullo constante del Danubio… todo en ella susurra historias medievales, ecos imperiales y amores escondidos entre claustros y tabernas.

Uno de los primeros suspiros ocurre frente al Puente de Piedra, una maravilla del siglo XII que se alza con firmeza sobre el río como si quisiera recordarnos que el tiempo, aunque implacable, no puede derribar lo bien construido. Cruzarlo es como atravesar un umbral hacia otra época, cuando comerciantes, caballeros y diplomáticos trazaban aquí el destino del Sacro Imperio.

La Catedral de San Pedro, en cambio, no se deja simplemente mirar: impone. Con su arquitectura gótica que corta el cielo, vidrieras centenarias que pintan el interior con luz divina y un silencio solemne que no se rompe ni con el paso de los turistas, es el alma espiritual de la ciudad.

Pero si hay un rincón donde el pasado se hace carne, es en el Antiguo Ayuntamiento, por el cual pasaremos, recordando que ahí existe su sala de tortura aún intacta, uno comprende que la historia de la justicia fue alguna vez cruel, directa y muy real. Es un lugar que despierta escalofríos y fascinación al mismo tiempo, y que nadie olvida fácilmente.

Y luego, como un respiro entre tanta emoción, el casco antiguo se abre junto al río: terrazas alegres, casas de colores, plazas donde la vida transcurre con ese ritmo tranquilo y encantador de las ciudades que no tienen prisa. No es casualidad que toda esta zona sea Patrimonio de la Humanidad: es una obra de arte viviente.

En sus callejones se urdieron alianzas secretas, se firmaron tratados que cambiaron el curso de Europa y se gestaron leyendas que hoy siguen palpitando en cada rincón. Ratisbona no solo se recorre: se siente, se respira, se recuerda.

Costo de 330 €

Salida de la ciudad de Múnich, con su propio medio de transporte.


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